El Moderno Sherlock Holmes

Cada película que veo de Buster Keaton consigue dejarme sin palabras. No por algo lo considero, dentro de los tres grandes del humor del cine mudo (Charlie Chaplin, Harold Lloyd y el propio Keaton), posiblemente el mejor de los tres. Y que es que todas sus películas han logrado sorprenderme y me lo he pasado en grande viéndolas. Ya no sólo por lo cómico, que siempre acabas a carcajadas, es también por el tremendo currazo que tienen estas películas, con escenas que dudo que hoy día se pudieran hacer sin efectos visuales o grandes profesionales en lo que a dobles de acción se refiere, cosa que estas pelis no tienen.
Nos encontramos en esta ocasión al señor Keaton como trabajador en un cine, y aprendiz de detective al mismo tiempo. Después de la desaparición de un reloj, nuestro héroe intentará resolver el misterio sin mucha suerte, pero en sus ensoñaciones acabará dentro de una película que él mismo está proyectando en un cine, interpretando a un supuesto Sherlock Holmes.
La película tiene su gracia, me he reído lo suyo con ella, pero como decía más arriba, también me ha dejado impresionado con escenas como la de la motocicleta, que es increíble. 45 minutos dura, y se te queda grabada de por vida, como la gran mayoría de las que he visto de este genio.