The Last Dinosaur

Una perforación petrolífera en el manto polar, llevada a cabo con una especie de tuneladora pilotada, acabó llegando a una zona de la tierra desconocida, con clima tropical pese a encontrarse entre montañas de hielo, y todo el personal de la máquina, excepto un único superviviente, parece haber muerto a manos de un tiranosaurio rex.
La idea recuerda bastante a la “tierra salvaje“ de Marvel Comics, una tierra prehistórica superviviente hasta nuestros días. El dueño de la petrolera, que es el hombre más rico del mundo, ha reunido a un grupo (demasiado pequeño y mal organizado, todo hay que decirlo), para explorar esa zona desconocida de la tierra. Tenemos un científico, una reportera, un rastreador, al superviviente del primer viaje y al propio multimillonario, que es el prototipo del “gran cazador blanco“, que con la excusa de la exploración científica, lo que va buscando, por supuesto, es cazar al gran dinosaurio.
La película juega en todo momento con su título, incluido el tema musical de los créditos, dejando claro que lo de “The Last Dinosaur“ va tanto por el propio dinosaurio, como por el cazador protagonista, que sigue teniendo unas ideologías fuera de época.
Nos encontramos ante una muestra de “cine trashy“, en una co-producción estadonunidense-japonesa, donde claramente los efectos especiales van de la mano de los nipones, al más puro estilo de su cine de kaijus. La película se mueve en todo momento entre lo serio-pero-no-demasiado, y es que el dinosaurio y la idea como tal son bastante simpáticos, y no consiguen -o no quieren- darle toda la seriedad que podrían a la trama.
Hay un momento de la película donde la acción da un salto de varias semanas, no se si adrede, o si es que hay un trozo cortado, yo me decantaría más por la segunda opción, pues en ningún momento vemos el primer encuentro entre nuestros protagonistas, y los hombres prehistóricos que viven allí. Si está hecho adrede, queda bastante raro.
En definitiva, una película algo tonta pero realmente entretenida, que con su presupuesto regulero y una historia algo vista pero que no cansa, consigue que el espectador pase un rato nada aburrido.