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La Furia del Planeta Rojo

ID / TMDB / IMDB27973 / 6974 / tt0052564
Otros TítulosThe Angry Red Planet (Original), Abenteuer auf dem Mars (DE) , Raumschiff MR-1 antwortet nicht (DE) , La furia del planeta rojo (ES)
CategoríaPelícula (Live Action)
Géneros
Subgéneros, ,
Año1959
PaísEstados Unidos
Duración83 Minutos
Productoras,

SINOPSIS: Después de desaparecer sin dejar rastro, una nave que había viajado a Marte con cuatro tripulantes regresa a la Tierra. A bordo sólo se encuentran dos hombres, uno de los cuales está en estado crítico y tiene una extraña sustancia verde en el brazo. Los científicos someten al otro a hipnosis y éste les revela que Marte está habitada por plantas devoradoras de hombres, por unos extraños monstruos y por un gigante con un sólo ojo.
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jaimolo siwi
4 años atrás

Película de ciencia ficción con un claro y nostálgico sabor a serie B. Cuando vas a ver una película de estas características, ya sabes más o menos lo que vas a ver, y en ese pequeño detalle de más o menos es lo que hace, como mínimo, entretenida o aburrida a la película, esta es entretenida pero con sus limitaciones. Efectos especiales básicos, historia básica, actuaciones básicas, pero aún así se deja ver. Lo más original es el mensaje que los marcianos nos hacen llegar como advertencia a toda la humanidad.

Tano
4 años atrás

Una gran película de ciencia ficción para mi gusto, muy muy interesante y entretenida, con unos monstruos fantásticos, acojonantes que te dejan con la boca abierta. El efecto de color de marte es muy original. Muy recomendable para todo el mundo.

4 años atrás

Curioso y surrealista film de ciencia ficción, dirigido por Ib Melchior (“Robinson Crusoe on Mars”, 1964; “The Time Travelers”, 1964) y protagonizada por Gerald Mohr.

Trama: Luego de realizar con éxito el primer viaje espacial a Marte y permanecer perdida por un tiempo, una misión espacial regresa a la Tierra. Sin embargo, de los cuatro tripulantes iniciales, sólo regresarán un ingeniero contagiado con una sustancia extraña y una botánica en un profundo estado de shock.

A inicios de 60s, el cine de ciencia ficción de clase B sobre expediciones a otros planetas, invasiones alienígenas y monstruos espaciales vivía un verdadero ocaso, luego de una larga década de incursiones cinematográficas de diversa calidad narrativa e impacto mediático, entre las que habían destacado “El Enigma de Otro Mundo” (1951), “La Guerra de los Mundos” (1953), “La Invasión de los Ladrones de Cuerpos” (1956) y “Planeta Prohibido” (1956), por nombrar de los más ilustres títulos. Y en lo concreto, bastante atrás había quedado la temática “marciana”, con los tempranos clásicos de ciencia ficción y terror “Flight to Mars” (1951) de Lesley Selander, “Red Planet Mars” (1952) de Harry Horner e “Invaders from Mars” (1953) William C. Menzies.

Sin embargo, en la industria, aún quedaban algunos “románticos” del subgénero que se negaban a que desapareciera, entre ellos el guionista, productor y director americano-danés Ib Melchior, escritor con cierto prestigio dentro del medio por sus historias de ciencia ficción, pero que obtendría mayor reconocimiento en los 60s, cuando a partir de una idea suya se creara la recordada serie “Lost in Space” (1965-1968) y aportara como co-guionista en los clásicos posteriores “Robinson Crusoe on Mars” (1964) de Byron Haskins y “Planet of the Vampires” (1965) de Mario Bava. Posteriormente, Melchiour aportaría también con la historia que terminaría adaptando Paul Bartel en su film “Death Race 2000” (1975).

No obstante, a inicios de los 60s, Melchior recibiría un protoguión de Sidney W. Pink sobre una misión terrícola a Marte, que decidió llevar a la pantalla con la condición de que Pink le permitiera dirigirla. A la par, Pink, que se asociaría con el productor Norman Maurer, quien estaba trabajando en una nueva técnica cinematográfica, CineMagic, que intentaba que los dibujos parecieran imágenes fotográficas. Los resultados no serían los esperados, como veremos más adelante, pero lo cierto es que Melchiour y Pink comenzaron a rodar en septiembre de 1959, lo que será “The Angry Red Planet” (1960), una de las últimas incursiones cinematográficas del boom alienígena de los 50s.

Sin embargo, hay que señalar que “The Angry Red Planet” (1960) está muy lejos de constituir un clásico del género desde el punto de vista narrativo y mediático, aunque tenga dos o tres méritos técnicos que la han hecho pasar a la historia como una película surrealista, pero ciertamente tiene una oferta narrativa de buenas intenciones que se queda sólo en ello, buenas intenciones. El problema claramente nace de un guión muy simple, relleno de muchos diálogos intrascendentales e insoportablemente machistas, muy típicos de su época en todo caso, que no aportan decididamente nada, ni a la dinámica, ni a la tensión, ni al interés del espectador.

Por lo anterior, no es de extrañar que la película sea aburrida y tediosa en la primera media hora y que cambie evidentemente de ritmo en la segunda, principalmente por la exposición de seres alienígenas bizarros y la amenaza que éstos representan para la misión. Y es que a diferencia de los grandes clásicos del subgénero “The Angry Red Planet” (1960), que no debemos confundir con “Red Planet Mars” (1952) de Harry Horner, no tiene una trama que profundice con la contingencia espacial y política de aquel entonces, en plena Guerra Fría, en que la industria estadounidense compara sin escrúpulos a los comunistas rusos con las hipotéticas fuerzas invasores extraterrestres -que se agradece, de igual forma- pero sin ofrecer un transfondo narrativo igual de interesante y mediático.

Narrada principalmente como un largo flashback, en la primera sección del film, lamentablemente, el espectador se preguntará y dará cuenta de varios errores de coherencia y dinámica narrativa,

Spoiler
como el por qué no hay resistencia física en el aterrizaje de la MR-1, por qué los decorados de la nave espacial parecen más bien los de una oficina en el centro de Nueva York, por qué los tripulantes de la misión en ningún momento mostrarán miedo o tensión entre ellos y por qué la botánica Iris tiene que soportar los constantes comentarios machistas sobre su condición de mujer, que por supuesto en esos años eran tan comunes y nunca controversiales.

De esta forma, bien vale la pena referirse más bien en el segmento del film en que “explora” literalmente el planeta rojo, en el que Melchior, Pink y Maurer echaran mano a cierto ingenio creativo para sacar adelante un film que, a pesar de sus evidentes carencias presupuestarias, pero más aún narrativas, quedará en la retina del espectador por sus estrafalarias y surrealistas postales visuales. Y entre estas postales, al margen de la vergonzosa planta gigante carnívora inerte, a la cual Iris ayuda a que la atrape, enrolle y apriete “brutalmente”, el espectador se encontrará con el notable monstruo rata-murciélago-araña, probablemente una de las alimañas más originales y psicodélicas que el cine de ciencia ficción haya creado, que gana decisivos puntos para el film con su breve pero memorable aparición, con ese surrealista efecto rojizo que Norman Maurer introduce en la fotografía de “The Angry Red Planet” (1960).

Luego de la “legendaria” -por decir lo menos- aparición del monstruo rata-murciélago-araña, Melchior y Pink introducirán un segundo monstruo, de menos impacto mediático, pero mayor “poder destructivo”, una suerte de ameba gigante con forma de mantarraya, que atacará la nave espacial

Spoiler
y, de paso, se comerá al desagradable Jacobs -hecho que agradecemos con aplausos- para luego presionar y aterrorizar a los tres tripulantes restantes, lo que los lleva a usar la lógica de la electricidad para deshacerse del monstruo y regresar a la Tierra, pero no todo acabará ahí porque la materia viscosa del monstruo contagiara el brazo de O’Bannion.
No cabe duda que en ello el espectador encontrará referencias inmediatas a los clásicos “The thing from another world” (1951) de Christian Nyby y “The Blob” (1958) de Irvin Yeaworth y Russell S. Doughten.

Como sea, hay que señalar que el gran valor del film es, precisamente, su apariencia fotográfica, a cargo de Stanley Cortez (“The night of the hunter”, 1955) por medio de una técnica que -como ya mencioné- desarrolló Norman Maurer y que consistía en tomar el negativo en blanco y negro y someterlo a solarización, para luego teñirlo de rojo. Los resultados fueron realmente efectivos para aquellos años y siguen siendo bastante surrealistas para nuestros días, aunque Melchior confesara luego que lo que buscaban era un efecto 3D. de cualquier forma, le sirvió a Melchior y Pink para ocultar las evidentes muestras de bajo presupuesto del film, donde muchos de los decorados claramente se ven realizados a mano, papel y cartón, además de los detalles de los monstruos que, con todo, logran ser interesantes en pantalla.

Las actuaciones son horrendas, siendo en algunos casos insoportables, comenzando por el galán Gerald Mohr (Serie “Fantastic Four”, 1967-1970) como el coronel Thomas O’Bannion, quien se toma más en serio el cortejo a la bella Iris que la primera misión a Marte y que no puede dejar de lado esa sonrisa a lo Humphrey Bogart que tanto desentona. Les Tremayne (“The Racket”, 1951; “The War of the Worlds”, 1953) interpreta al professor Gettel, que intenta ser más empático para la trama y por momentos lo logra, pero su intento queda definitivamente perdido entre el ego de Mohr y el de Jack Kruschen (“The Apartment”, 1960), que encarna al petulante Jacobs, que con su arma desintegradora-congeladora se cree el amo del universo.

Bastante más empática para el espectador, será Naura Hayden (Serie “Bonanza”, 1961), quien tuvo una muy discreta y corta carrera, que interpreta a la bella y pelirroja botánica Iris Ryan, quien descubrirá las claves para deshacerse de la monstruosa ameba, regresar a la Tierra y de paso salvar al galán al lograr apartar la forma viscosa de su brazo con pura ciencia terrícola, hay que decir.

La música de “The Angry Red Planet” (1960), a cargo de Ivan J. Hoffman, es bastante atípica, prescindiendo de las habituales bandas sonoras de ciencia ficción de los 50s, con notas graves y dramáticas y sonidos futuristas, semejando más a alguna película noir que otra cosa. No es desagradable, pero sí considero que queda desencajada respecto al género en que la película está encasillada.

“The Angry Red Planet” (1960) fue lanzada por la American International Pictures junto con el thriller británico “Circus of Horror” (1960) de Sidney Hayers, lo que demostraba el cambio de temáticas que ya se veía en el cine de terror de aquellos años.

En resumen, una película bastante modesta y con algunos problemas de ritmo y tensión, pero que ha pasado al recuerdo del público principalmente por su efectiva y surrealista fotografía rojiza y la aparición de psicodélicos monstruos marcianos que están dispuestos a no dejar volver a los humanos al planeta rojo, como reza la irresistible y predecible moraleja final, que permitirá mantener el “secreto” de la vida marciana en el misterio.

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